Aún hoy las enfermedades mentales pueden ser consideradas en ocasiones como algo nimio, son utilizadas en diferentes situaciones como excusas o continúan siendo un tema tabú. Este tratamiento erróneo proviene de la opinión popular y de la forma de presentarlas en diferentes programas de televisión, películas, revistas o incluso algunos profesionales.

Sin embargo, es urgente que dejemos de ver las enfermedades mentales como algo externo a nosotros, ya que un 9% de la población española presenta alguna de ellas. Esta falta de visibilidad se hace aún más patente cuando quién presenta el trastorno es un adolescente. Se ha demostrado que la depresión es la enfermedad más frecuente y discapacitante en niños de entre 10 y 19 años.

Además de la concepción que estas enfermedades tienen en la sociedad, en el caso de los adolescentes coexisten diversos factores que hacen que esta situación sea complicada de manifestar y de comprender. Es una época llena de cambios hormonales, físicos y de personalidad que hace que las relaciones entre el joven y su entorno se vuelvan complejas. También deben hacer frente a nuevas responsabilidades y retos en el ámbito académico que, en ocasiones, creen fuera de su alcance. A todo esto, debemos añadir los estereotipos y las opiniones de sus iguales, que multiplican por mil su peso en estas edades.

Algunos signos que pueden ser motivo de alerta son:

             -          Alteraciones en el patrón de sueño: dormir excesivamente, dificultad para conciliar el sueño o para permanecer dormido.

-          Pérdida de autoestima.

-          Abandono o pérdida de interés en los pasatiempos favoritos.

-          Bajo e inesperado cambio en el rendimiento académico.

-          Pérdida de peso y apetito.

-          Cambios bruscos de personalidad, como agresividad o ira, excesiva alegría o tristeza.

Como buena notica, sabemos que en la actualidad existen diferentes tratamientos individualizados que han demostrado su eficacia y que resultan indispensables para controlar los efectos adversos y lograr una adaptación adecuada a cada situación.